sábado, 13 de octubre de 2012


EL BOSSU BELGA

Historia de la raza, su desaparición y su renacimiento

          Sobre 1975 (no sé exactamente la fecha) apareció el libro “Les Canaris de Posture” editado por la AOB (Asociación Ornitológica Belga). En este libro prestigiosos criadores y jueces belgas presentan y comentan todas y cada una de las razas de postura de ese momento. El primer capítulo está dedicado al Bossu o Jorobado Belga y lo escribe M. Adrian Dawans (1900-1982), el hombre que reconstruyó esta raza. En él cuenta todos los avatares que ocurrieron en  el proceso de recreación de la raza, proceso que me parece una historia apasionante, ejemplo de constancia, de saber hacer  y de pasión por los canarios. Creo que a todos los aficionados les gustará conocer esta historia. A continuación escribo la traducción que he realizado del citado texto.

 
            Este canario de forma tan original es eminentemente belga y nadie duda de su nacionalidad. Tiene como cuna la parte marítima flamenca de Bélgica y se criaba principalmente en Brujas, Gante, Amberes y Bruselas. En Gante, Amberes y Brujas, estos pájaros eran de gran talla  y se les llamaba “Grote Gentse Vogel”. En Bruselas se prefería a los canarios jorobados de pequeña talla, a los que se llamaba pequeño belga curvado con la cabeza colgante, y también llorón o “Doodbidder”

            ¿Cómo se obtuvo el Jorobado Belga? El origen se remonta probablemente muy lejos, hacia 1600, algunos años después de la importación de los primeros canarios salvajes al Reino de las Provincias Unidas o Países Bajos que comprendían la actual Holanda y las provincias belgas de Flandes, Amberes y una parte de Brabante. El origen es el mismo origen que el Malinois,     es decir, proviene de la raza llamada Viejo Holandés, pues es curioso constatar que en una descripción del Malinois de esta época se decía: “posición un poco curvada pero sin joroba”. La selección de los descendientes del Viejo Holandés se dirigió por una parte hacia la curvatura y dio origen al jorobado belga, y por otra al canto rosiñolado y dio origen al Malinois. La posición no se habría obtenido en sólo unos años. Fueron necesarias al menos dos o tres generaciones  de hombres para llegar al resultado deseado,  y esta postura especial encontró numerosos admiradores, y numerosas familias se dedicaron a criar esta raza y así se implantó en Flandes.

            En 1750, un autor holandés llamado Wickede escribía que en los Países Bajos, principalmente en Brabante, se criaban mucho los pájaros por la belleza de sus formas. En los monasterios, los religiosos, que eran de las personas más eruditas de la sociedad, se dedicaban con éxito a la cría de diversos animales, y concretamente de los canarios. Procuraban especialmente producir pájaros extraordinarios  para venderlos a los nobles y a los ricos burgueses, por tanto se puede admitir que los primeros jorobados belgas fueron criados en los claustros. La cría queda estancada durante algunos años a consecuencia de las guerras que hubo en los Países Bajos. Es muy probable que fuera en esta época cuando criadores flamencos  emigraron a Inglaterra con sus mejores pájaros, los cuales, después de una ligera trasformación de la cola, las patas y la espalda tomaran el nombre de Scotch Fancy.

            Hacia 1840 hay un resurgimiento de la afición a estos pájaros de postura que llegan a gozar de un intenso favor del público, celebrándose muchas exposiciones de estos canarios en Gante, Amberes y Brujas. Un grupo o club de criadores de jorobados tenía como máximo 15 miembros y si otro aficionado quería pertenecer a ese grupo se le invitaba a crear otro club contrincante.  Los concursos se organizaban club contra club y no individuo contra individuo. Los ingleses, muy aficionados, llegaban en masa para hacer sus adquisiciones con vistas a mejorar su Yorkshire. Este pájaro que ha desaparecido en nuestros días era ciertamente el más “gentleman” de todos los canarios de postura conocidos antiguamente. De una talla esbelta, de un notable plumaje liso y bien coloreado, con unas líneas en las que la gracia es incuestionable, este elegantísimo pájaro  estaba dotado de un encanto irresistible que le hizo en su tiempo ser la variedad más estimada de Inglaterra y del mundo entero. Los criadores  ingleses de esta época tenían por costumbre decir: “no hay buen Yorkshire sin Bossu Belga” En la descripción de este York se encuentran muchos  puntos comunes con el Jorobado Belga, tales como: cabeza pequeña, cuerpo largo en línea recta con la cola, patas largas y poco flexionadas, cola larga, derecha, bien serrada, posición vertical, cabeza, cuello, espalda y cola en línea recta. En realidad este pájaro era un Bossu  enderezado, por lo demás un grave defecto de esta raza eran las espaldas altas. Este gentleman, sin quererlo fue la causa principal de la desaparición del Bossu Belga.

            Los criadores ingleses se disputaban los mejores ejemplares a golpe de libra esterlina. Uno se puede dar cuenta de la importancia de los negocios que tenían lugar en las exposiciones teniendo presente que en exposiciones de  80 ó 100 pájaros expuestos, había 30 ó 40 aficionados ingleses que se disputaban los mejores canarios. Las consecuencias de este entusiasmo irreflexivo se hicieron sentir enseguida y fueron desastrosas para la cría del Bossu. Se vendieron todos los mejores ejemplares y a fin de aumentar la producción algunos criadores hicieron cruzamientos con canarios comunes. El bossu fue declinando poco a poco.

            Hace 65 años que tengo pasión por los pájaros, yo cogí ese virus a la edad de 6 años y no me ha abandonado jamás. A la edad de 6 años recibí por San Nicolás un bello canario amarillo, buen cantor, en una bella jaula de cobre que he tenido siempre. Este pájaro fue el más bello regalo y el más hermoso pájaro de toda mi vida. Al año siguiente yo compré con mis pequeñas economías, una hermosa hembra verde por 2 francos y mis padres me compraron una voladera de interior y un pequeño libro sobre la cría de los pájaros. Después de algunos meses me lo sabía casi de memoria, y muy a menudo, ya en mi cama, miraba los grabados, especialmente el del Bossu Belga (especie muy rara y casi enteramente desaparecida) y  después esto se convirtió para mi en algo como una enfermedad, yo quise tener ese pájaro. Lo  deseé tanto que no pudiendo comprarle, porque había desaparecido, me vi en la obligación de volver a hacerlo.
 
 

            En 1918, después de la primera guerra mundial, todos mis pájaros habían desaparecido. En 1924 yo era juez de canaricultura de la unión ornitológica de la provincia de Lieja. Vivía en Bruselas, donde encontré al Señor Dupire, en esta época presidente de la Sociedad Ornitológica de esta ciudad. Mi hice socio y fui juez de este club. Era la época del color, pero el Bossu Belga lo tenía fijo en mi mente. Un día el señor Dupire me propuso intentar reconstruir esta raza y de ayudarme.  Bajo su presidencia formamos un pequeño comité  de criadores compuesto por la Sra. Joakim, el Sr Lambeau y yo. Sabíamos que este trabajo sería largo y penoso, pero todos estábamos desbordantes de entusiasmo.

            Para encontrar la forma empleada por nuestros antepasados para crear el Bossu, consultamos muchos artículos antiguos y debo decir que los resultados de la búsqueda fueron bastante pobres. Para unos, esta cuestión es un secreto de cría y debió ser  estudiado a fondo por los creadores de la raza. El origen se remonta probablemente muy atrás y se cree que la “fabricación” comenzó hacia 1600 y que han sido necesarias al menos dos o tres generaciones de hombres para llegar al resultado deseado. Para otros el Bossu, el Scotch y los rizados salieron de una raza única que era llamada malinois o canario común de Bélgica.

            Otros criadores opinaban que la anomalía de posición del Bossu sólo se puede explicar por la aparición de una mutación poco después de la importación de los primeros canarios salvajes en Bélgica.

            En todos los artículos aparecidos después de 1840 nada de nada, salvo una explicación errónea y simplista que aparecía sin cesar y que decía que estos canarios adquirían su posición jorobada porque se les metía en jaulas con el techo muy bajo, lo que les obligaba a tener jorobas. Sin embargo ellos no comprendían como los jóvenes también tenían jorobas.

            Antes de 1914 aún existían en Bélgica algunos planteles muy degenerados de bossu belga, en 1920 sólo se conocía el del Señor Meewes Robbens de Amberes que había conseguido reunir a los supervivientes de la guerra 1914-1918. He aquí lo escribía el Sr. Mercier en la crónica de una exposición que visitó en el mes de octubre de 1920: “Hemos visitado a un gran criador de canarios jorobados, el Sr. Meewes Robbens de Amberes, que nos ha enseñado admirables ejemplares de esta raza. Estos pájaros son robustos, las hembras incuban bien y dan de comer a sus pequeños” Y no nos da ninguna descripción más de estos pájaros.

            Después de esto nada, ninguna noticia del bossu. Todos los conocimientos que poseíamos en 1924 eran muy pobres. Habíamos buscado en Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Italia y Bélgica y esperábamos poder encontrar aún algunos supervivientes de la raza. A pesar de todas nuestras búsquedas e indagaciones no encontramos nada.  La mayoría de los criadores de Inglaterra y del continente habían muerto durante la guerra de 1914 a 1918. Los criadores supervivientes de estos países reconstruían sus propias razas. El bossu belga y el Scotch fancy habían desaparecido. También buscamos en Amberes, en casa del Sr. Meewens Robbens, muy anciano; ya no  tenía ninguno de sus pájaros. El nos dejaba una escasa documentación que no llegamos a entender. Renunciamos a buscar aún antiguos bossus belgas y comenzamos a trabajar en otra dirección, reconstruir la raza. Estábamos decididos a no hacer como los antiguos Belgas y tardar tres generaciones de hombres para ello.

            Teniendo en cuenta lo que habíamos leído, para comenzar nuestro trabajo tomamos en consideración  estos tres puntos:

1)    En 1840 los ingleses compraban toda la producción belga de bossus para mejorar sus razas, principalmente los Yorks. Estos Yorks tenían el aspecto de un bossu enderezado.

2)    La fabricación de esta raza comenzó hacia 1600. No se habla nunca de mutación o tortura, más bien de fabricación.

3)    El bossu belga, el scotch fancy, los rizados y el malinois proceden de un único antecesor.

Teniendo en cuenta los puntos anteriores, decidimos estudiar:

a)    las antiguas razas inglesas de 1840, y especialmente el Yorkshire.

b)    ; los antiguos rizados de esta época y especialmente el rizado del sur, que tenía una pequeña cabeza serpentiforme, un cuello muy largo y las espaldas muy altas.

c)    el malinois de los años 1650 a 1700 que tenía el mismo origen que el bossu.

            En 1926 habíamos decidido los pájaros que íbamos a comprar. Con ocasión de un viaje a Inglaterra, el Sr. Dupire adquirió algunas parejas de Yorkshire con unas características determinadas: cabeza lo más alargada posible, exentos de cejas y espaldas lo más altas posibles, lo que debió hacer pensar a los vendedores ingleses que nosotros éramos unos completos ignorantes.  En 1927 habíamos obtenido 7 u 8 jóvenes de 3 parejas. Los sujetos importados se pusieron asmáticos y no pudieron seguir reproduciéndose. Al año siguiente nosotros  teníamos ya algunos jóvenes con una perfecta salud y adaptados a nuestro clima.

Después de mucho buscar, en 1928 recibimos una pareja de rizados del sur que provenían del sur de Francia. Llegaron  a comienzos de febrero, a las 10 de la noche, en un estado lamentable. Eran unos pájaros de 14 a 15cm de talla, rizados, muy pobres de plumaje, muy finos y alargados, con el cuello muy largo y las espaldas muy altas; las patas eran tan rígidas que en algunas ocasiones llegaban a plegarlas en el otro sentido. A finales de febrero me di cuenta que esta pareja  eran dos hembras. Teníamos afortunadamente dos machos Yorkshire entre nuestros jóvenes y todos nos alegramos de poder comenzar con nuestros ensayos.

            Examinando detenidamente estos Yorks y estos Rizados enseguida nos hemos dado cuenta que poseen en conjunto todas las características para poder fabricar un bossu perfecto.

            En 1928 habíamos establecido dos líneas Yorkshire X Rizado del Sur y continuábamos buscando el famoso malinois de los años 1650 a 1700. Teníamos un antiguo grabado en el que se le representaba, así como el estándar. Entre los cientos de pájaros que vimos en las exposiciones y en las casas de los comerciantes belgas conseguimos reunir algunos ejemplares que se aproximaban mucho al grabado que teníamos. Para la cría de 1929 teníamos lo que considerábamos necesario para nuestro propósito. Los resultados de los años siguientes han demostrado que teníamos razón.

            En 1929, nuestra cría se componía de:

-       3 líneas de Yorkshire X Yorkshire, seleccionados por las espaldas altas y la posición erguida.

-       3 líneas de rizado del sur X rizado del sur, seleccionadas para afinar la cabeza, alargar el cuello, mejorar la posición y aumentar la talla.

-       3 líneas malinois X malinois para mejorar los pájaros según el grabado y el estándar de los antiguos malinois.

-       2 líneas Yorkshire X rizado del sur.

-       2 líneas Yorkshire X malinois.

-       2  líneas  malinois X rizado del sur.

            En 1929 la producción de jóvenes no había sido muy escasa. En 1930 habíamos trabajado con 30 parejas y el 80% de los jóvenes murieron antes de la primera muda. En 1932 no nos quedaba nada válido para reproducirse.

            Nosotros habíamos avanzado mucho en los resultados que nos proponíamos pero la salud de nuestros canarios era muy mala.

            La consanguinidad llevada al extremo (hermano X hermana) nos hacía avanzar mucho en las características visibles que queríamos obtener, pero también desarrollaba al máximo todas las enfermedades hereditarias de nuestros ejemplares, que ya no tenían una magnífica salud cuando los compramos. Además de una fecundidad anormalmente débil, teníamos una gran mortalidad de los jóvenes en el huevo, y la mayoría de los jóvenes no sobrevivan a la primera muda. Los supervivientes constituían un autentico “grupo maravilloso”: bronquíticos, asmáticos, enfermos del corazón y del hígado, deformaciones en las patas, en los dedos y en las uñas, epilépticos, etc.

            Esta primera experiencia había terminado. Había sido decepcionante en resultados pero muy rica en conocimientos. Ahora estábamos seguros del camino a seguir. Las conclusiones fueron:

            a) De los sujetos provenientes del cruzamiento de Yorkshire X rizado del sur o malinois X rizado del sur solamente teníamos la posición del rizado del sur en algunos ejemplares, y eran aquellos que tenían las espaldas más altas que el York o el malinois.

b) Que la cabeza del rizado así como los rizos se trasmitían con facilidad; el cuello no era tan largo como el rizado.

c)  En algunos cruzamientos de York X rizado los hijos habían heredado las patas del rizado, y algunos de ellos adoptaban una posición casi vertical.

            Esta primera experiencia nos había dado muy pocos jóvenes viables y nos era muy difícil establecer una regla válida sobre la calidad de una centena de ejemplares llegados a la edad adulta.

            En 1933 yo vivía en Lieja. Decidí volver a comenzar solo la búsqueda a partir de las mismas bases.  Esta vez conseguí comprar rápidamente 6 parejas de rizado del sur, 6 parejas de Yorkshire tipo antiguo y 6 parejas de malinois. Añadí 6  parejas de Roller como apoyo en la cría. Las posibilidades de elección eran más grandes en esta época y me fue posible comprar ejemplares perfectamente sanos, en detrimento de algunas de las características de estas razas. Pero la experiencia me había enseñado que era mucho más fácil modificar la forma de una raza que devolverla la salud. Establecí las líneas de igual manera que en mi primera experiencia. Había decidido criar un gran número de jóvenes y me había procurado un criadero en consonancia con lo que pretendía, es decir, tener un gran stock de jóvenes para poder escoger en cada momento aquello que fuese más necesario para los acoplamientos. Tenía treinta jaulas de cría y diez voladeras que podían contener cada una un máximo de 25 a 30 pájaros.

            En 1937 tenía de 200 a 250 ejemplares perfectamente sanos y muy buenos reproductores. La talla no era muy grande, 15 a 16 cm, y en general tenían rizos. Ninguno tenía la joroba del rizado del sur, lo que me dejaba perplejo.

            Fue entonces cuando el azar me recompensó de mis esfuerzos.  Cada domingo yo me daba un pequeño paseo por el mercado de los pájaros y normalmente charlaba con los comerciantes. En 1933 ellos me habían procurado todo lo que yo había necesitado y estaban al tanto del objetivo que pretendía conseguir. Un domingo vi en el puesto de un mercader que  conocía muy bien, una decena de canarios, en un jaulón, que se parecían extraordinariamente a los que yo tenía. No dudé ni un momento de que yo me encontraba frente a unos bossus belgas con mala postura o frente al resultado de un criador que no conocía y que perseguía el mismo objetivo que yo. Ante la estupefacción del comerciante  le compré todos los canarios, y le pregunté el nombre y la dirección del criador de donde procedían. El  me respondió que no le conocía, que era un hombre mayor que  venía de vez en cuando los domingos por las mañanas  cuando hacía bueno. Venía desde hacía años, y por darle gusto le compraba sus pájaros. Todos los pájaros que había traído eran similares a los que yo había comprado.

            Después de 3 ó 4 meses de espera supe que era el ¨Sr. Lapaille, padre de un fotógrafo  que vivía delante de la iglesia de de San Pholien. Es así como conocí al Sr. Lapaille. El me enseñó su criadero. Me quedé maravillado. En un amplio granero, que ocupaba toda la superficie de la casa, tenía numerosas voladeras bien espaciosas, llenas de pájaros que al arrimarnos nosotros se ponían en postura. Talla de 14 a 15cm; muchos ejemplares tenían un cuello largo, la cabeza fina echada hacia delante, la posición recta y muchos rizos.  Usted no ha visto esto nunca esto, me dijo. Era verdad. Yo lo había soñado pero nunca lo había visto. Tenía una centena. Yo aprendí y observé muchas cosas en el curso de mis numerosas visitas. Estos canarios provenían de los que su padre había comprado en  Amberes.

            Los pájaros estaban muy degenerados, casi no se reproducían y alimentaban muy mal a sus crías. Pensaba con razón que la raza desaparecería con él, pues ya no criaría al año siguiente. Sin ninguna duda yo me encontraba en presencia de los últimos supervivientes del plantel del Sr. Meewens Robbens que yo había buscado anteriormente en vano. Yo tenía la costumbre de ir con frecuencia a casa del Sr. Lapaille y con el tiempo le convencí de cruzar sus mejores ejemplares con Yorkshire y malinois y también con una decena de mis mejores ejemplares que tenían ya algunas características de la raza. No teníamos tiempo que perder para salvar a los últimos representantes de esta raza.

            En 1938 yo criaba más de 30 parejas y el Sr. Lapaille 20, con Yorkshire tipo antiguo, malinois, ejemplares de mi criadero y bossu belga pura sangre. Estábamos convencidos que la joroba era hereditaria y que encontraríamos en los jóvenes algunos pájaros con todas las características del bossu. Estábamos equivocados. De 50 ó 60 ejemplares criados por el Sr. Lapaille no encontramos nada que se pareciese ni a un malinois, ni a un Yorkshire ni tampoco a un bossu. Pero casi todos estos pájaros tenían características típicas del bossu, excepto la postura y la joroba. Los mejores provenían del cruce de los mejores pájaros de mi criadero con bossu belga.

            En este momento dudábamos que la joroba fuese hereditaria, y también dudábamos que hubiese una joroba. Sin saberlo nos estábamos aproximando a la verdad. Fue entonces cuando tomamos la decisión de matar un viejo ejemplar perfecto de posición y que tenía  mucha bronquitis. Yo mismo le llevé al museo de historia natural de Bruselas y le expliqué al Sr. Dupont lo que quería saber y el objetivo que perseguía. Después de algunas semanas nuestras dudas se trasformaron en certeza: “no había ninguna deformación de la columna vertebral”, era totalmente normal. Habíamos encontrado al fin la verdad celosamente guardada por los antiguos criadores del bossu belga que nunca habían llamado jorobado (bossu) sino “canario belga”, “postuur vogel” y “grote gentse vogel”. Tampoco había una deformación producida por el criador de la columna vertebral, porque los jóvenes nacidos de una pareja perfecta en postura  eran igualmente perfectos en postura y durante toda su vida sin que hubiese que meterles en una jaula con el palo alto. Desde hacía mucho tiempo sabíamos que esta teoría de la jaula con el palo alto era del todo ridícula.

            Estábamos perplejos. Este pájaro que veíamos jorobado no lo era y nos preguntábamos porqué se tenía como tal. Después de un examen minucioso de 50 ó 60 ejemplares, y de compararlos con el dibujo de un canario perfecto, juzgándolos según el antiguo estándar de esta raza, que había sido establecido por los antiguos criadores,  llegamos a la conclusión que cada uno de nuestros pájaros tenía 1 ó 2 características de esta raza, algunas veces hasta 3, afortunadamente para nosotros siempre las mismas.

            Hicimos una lista de las características que debían ser hereditarias separadamente y que reunidas en el mismo ejemplar la darían la posición y el aspecto adecuado. Estas características eran las siguientes:

-       Posición derecha sobre el palo.

-       Espaldas altas.

-       Patas que se parezcan mucho a las del Yorkshire.

-       Cuello largo.

-       Cola larga.

            Era absolutamente necesario, si queríamos obtener el resultado que buscábamos de hacer las parejas de tal forma que entre el macho y la hembra tuviesen las 5 características, lo que nos daría la posibilidad  de tener hijos que tuviesen las 5 características lo que haría, según opinábamos nosotros, que tomasen la posición adecuada.

            Después de dos años de selección teníamos varios planteles en los que los sujetos de base eran perfectos en postura. A partir de este momento debíamos comenzar la selección con el objetivo de perfeccionar nuestra obra, eliminando poco a poco los defectos menores para conseguir totalmente el estándar de la raza.

            Procediendo de esta manera en 1939 y 1940 habíamos obtenido unos resultados formidables; cada uno teníamos unas 10 parejas de postura perfecta. Había algunos defectos predominantes: talla muy pequeña de 14 a 15 cm, cabeza demasiado gruesa,  cuello un poco corto y demasiados rizos. Algunos ejemplares tenían unas buenas espaldas pero muchos las tenían hundidas. También teníamos una reserva de unos 150 pájaros que tenían 2 ó 3 características.

            Comenzó la guerra. ¿Sería larga? ¿Sería corta? Esperamos algunos meses antes de tomar una decisión. Los comerciantes nos decían que aunque la guerra durase algunos años encontraríamos en el país cañamones, nabina, colza, lino y avena. El Sr. Lapaille me dijo que su padre había pasado toda la guerra del 14 al 18 con una decena de sujetos a los que alimentaba con patatas cocidas  y granos salvajes que buscaba en el campo. Por mi parte compré una gran cantidad de mezcla de granos y de alpiste y que contaba con poder renovar en la medida de mis posibilidades. Las noticias eran cada vez peores, decidimos conservar cada uno 10 parejas de nuestros mejores ejemplares y matar el resto.

            En 1942 el Sr Lapaille cae gravemente enfermo y muere. Recojo todos sus pájaros que desgraciadamente no tenían buena salud; su alimentación a base de patatas cocidas no era muy saludable.  En fin, después de muchas dificultades de todas clases, tenía al final de la guerra 10 parejas jóvenes, de muy buena calidad y con una salud perfecta. Llegó la liberación  y volvió a nacer la esperanza. Creí que había salvado esta raza de canarios. Bruscamente la guerra vuelve a  comenzar para nosotros, la batalla de las Ardenas, una avalancha de V1 cae sobre la ciudad de Lieja. En este infierno todo se destruyó en unos días; mi familia y yo salvamos la vida, era lo principal. De mi criadero no quedaba nada, sólo algunas plumas. Sin embargo me quedaba alguna cosa,  una gran experiencia con esta raza y la voluntad tenaz de volver a empezar en cuanto me fuera posible.

            Por tercera vez, en 1952, intenté de nuevo la reconstrucción de esta raza con la experiencia de los dos primeros intentos. Me parecía que llegaría más rápidamente a un resultado válido. Heme aquí en 1973 y aún trabajo en mejorar la raza. Los dos primeros años los pasé buscando los ejemplares necesarios para crear numerosas líneas. En esta época era posible elegir entre un gran número de canarios, los que no había ocurrido en los años que siguieron al final de la guerra, pues los criaderos de Europa e Inglaterra habían prácticamente desaparecido. Yo hacia mi elección después de la experiencia que yo tenía de las razas siguientes:

1)    Yorkshire tipo antiguo.

2)    Malinois tipo antiguo.

3)    Rizado del sur.

            Yo sabía que en los defectos y cualidades de estas tres razas encontraría todas las características que, después de un ensamblaje proporcionado y juicioso, me debían dar, después de varias generaciones y de una gran selección, un bossu belga.

            Encontré el York tipo antiguo en casa de mi amigo Clermont, de Lieja, que me ha ayudado todo lo que ha podido. Siempre he podido elegir todos los ejemplares que he necesitado. Pienso que sin su ayuda me habría sido imposible recrear el bossu belga. Encontré algunos ejemplares que me podían convenir del malinois tipo antiguo en las tiendas de los comerciantes de Lieja después de haber visto centenas de ellos.

            En cuanto al Rizado del Sur no había señal de él ni en Bélgica, ni en Francia, ni en Italia. Fue entonces que la suerte me recompensó una vez más por mi perseverancia. Estaba suscrito al periódico inglés “Cage & Birds”. En uno de ellos pude leer un artículo sobre un criador inglés: Tom Auchterlowie de St-Andrews en Escocia, que desde el final de la guerra estaba empeñado como yo en la reconstrucción del Scotch Fancy. Él estaba en todo de acuerdo conmigo sobre el proceso a seguir para recrear las dos razas.

            Le sobraban dos hembras del Rizado del Sur que me cedió en 1954, con la promesa de enviarme dos machos en 1955. Tenían muy buena salud, la postura era excelente, el cuello muy largo y una magnifica cabeza pequeña. Desgraciadamente la talla era sólo de 14 a 15 cm y el plumaje era muy pobre.

            Comencé la cría con 3 líneas:

1)    Yorkshire X Rizado del Sur.

2)    Malinois X Rizado del Sur.

3)    Yorkshire X Malinois

            En 1955, después de haber recibido los 2 machos del Sr. Auchterlowie, establecí 6 líneas. Los resultados fueron más rápidos de lo que yo esperaba. En 1958, el Sr. Tielens, secretario de la Confederación Ornitológica Mundial y juez internacional, visitó mi criadero. He aquí lo que decía en un artículo que publicó en todas las revistas ornitológicas del mundo, con el título: “Tenemos de nuevo nuestro Bossu Belga” “En cuanto entré vi dos grandes voladeras que sólo contenían bossus belgas. A primera vista eran como Yorkshires o malinois muy largos; pero en cuanto su criador tocaba las rejillas, los bossus belgas se ponían en posición, su cuerpo se alargaba en línea recta con la cola y formaban un ángulo recto con el palo, mientras que su cuello se alargaba y quedaba más bajo que sus espaldas y sus pequeñas cabezas miraban hacia abajo para ver que pasaba. Vimos muy buenos ejemplares pero también otros que no tomaban su postura, otros muy pequeños y con cabezas demasiado gruesas”. Este mismo año expuse algunos ejemplares en Verviers. En un periódico de Verviers, del 3 de diciembre de 1958, se podía leer: “El Bossu Belga: Es una antigua raza de canarios que tuvo hace muchos años el favor de los aficionados, después como muchas cosas, víctimas de la moda y de la versatilidad  de los gustos del público, cae poco a poco en el olvido hasta el punto de desaparecer. Un canaricultor liegés el Sr. A.J. Dawans ha conseguido rehacer un plantel de esta raza después de un largo trabajo lleno de dificultades”
 
 

            Presenté mis ejemplares en diversas exposiciones y los premios de honor se sucedían, sin embargo yo estaba lejos de compartir el entusiasmo del mundo de la canaricultura. El trabajo no estaba acabado, aún había que hacer muchas mejoras.

            En 1966 pudimos leer en “El mundo de los pájaros” un artículo del Sr. Speicher, juez internacional alemán, referente a los pájaros de mi plantel, que terminaba así: “Me gustaría decir que los criadores belgas han conseguido resucitar su propia raza nacional de canarios de postura”. Ese mismo año, un bossu belga criado por mí fue campeón del mundo O.I.O en canarios de postura. Desde hace algunos años consigo algunos éxitos pero siempre trabajo en mejorar mi plantel. Han pasado 45 años y aún no he conseguido la perfección.

            Me he extendido ampliamente sobre el trabajo que ha sido necesario para recrear un buen plantel, sano y prolífico de la más hermosa de nuestras razas de postura. Serán excepción aquellos criadores que quieran recrear o crear una nueva raza. Los otros, los más numerosos que comenzarán con planteles bien establecidos, llegarán con mucho esfuerzo y sacrificio a crear una línea de campeones.

            La naturaleza se defiende, pero es maleable como la arcilla, pero dulcemente, muy dulcemente, sin precipitaciones. La fórmula del éxito se resume en tres palabras: conocimiento, paciencia y suerte.  Mucho conocimiento, mucha paciencia, y un poco de suerte.
 
 

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